miércoles, 30 de septiembre de 2020
martes, 29 de septiembre de 2020
lunes, 28 de septiembre de 2020
jueves, 24 de septiembre de 2020
El Guernica ¿una obra de arte o un símbolo antibélico? (3A)
El origen de un nombre
Haciendo una búsqueda en Google el primer resultado es “cuadro de Pablo Picasso”, en segundo lugar, aparece “bombardeo de Guernica”, y solo en tercer lugar “municipio del País Vasco”, a pesar de ser el inicio de todo.
La localidad de Guernica – o Gernika en euskera – se encuentra en la provincia de Vizcaya y bajo un roble que allí se encuentra, se reunían las Juntas Generales de Vizcaya. Dicho roble, conocido como “árbol de Guernica”, es el símbolo de las libertades del pueblo vasco.
Un trágico episodio del siglo XX estará siempre asociado a Guernica: el bombardeo de 1937, cuando en plena Guerra Civil española un ataque aéreo llevado a cabo por la aviación alemana, de acuerdo con el general Franco, arrasó el pueblo causando centenares de víctimas.
miércoles, 23 de septiembre de 2020
Correo electrónico (2A y 2B)
Vas a leer un correo electrónico de Macarena a una amiga. A continuación, debes leer las preguntas (1 a 4) y seleccionar la opción correcta (A, B o C).
¡Hola! ¿Qué tal?
El curso acaba la próxima semana y tengo muchos planes para este verano: en julio voy a Cádiz con mis padres, a un hotel muy bonito que tiene una piscina y está al lado de la playa; quiero bañarme en el mar por las mañanas y comer y cenar en restaurantes todos los días. Mi hermana Laura no viene con nosotros porque se va con sus amigas de camping a no sé dónde. Después de Cádiz, mi madre y yo, vamos una semana al norte de España, primero a San Sebastián, y después en autobús a Bilbao para conocer el Museo Guggenheim. Mi padre tiene que trabajar esa semana y por eso no viene con nosotros.
Mis padres me van a comprar una cámara por mis buenas notas así que voy a poner en Facebook los sitios que vamos a visitar. Me voy a llevar el ordenador. Por cierto, necesito una maleta grande, ¿tú tienes una?
Y tú, ¿qué vas a hacer? ¿Te quedas en tu ciudad? ¿Vas con tus padres a algún sitio?
Cuéntame. Un beso,
Macarena
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martes, 22 de septiembre de 2020
lunes, 21 de septiembre de 2020
jueves, 17 de septiembre de 2020
Las vacaciones de Justina (3A)
Llamarse Justina era un castigo eterno, pensaba Justina. Por más que sus padres le explicaban que ella se llamaba así en recuerdo de su abuela, la niña consideraba ese nombre una broma de mal gusto. La abuela culpable de tal estropicio vivía en una pequeña aldea.
En su familia se referían a ella como una mujer supersticiosa, lo que para Justina significaba que era una bruja. Llamarse Justina y tener una abuela bruja del mismo nombre eran demasiadas tragedias para una niña que quería ser famosa. Sus amigas no debían enterarse de la existencia de esa abuela que tenía el mismo nombre, ahora que estaban consiguiendo que la llamaran Yuste. Llegó el verano y con él las vacaciones, la playa, los paseos con su pandilla... Pero ese verano todo iba a resultar diferente. Su madre anunció durante la comida: “Este año iremos a veranear a casa de la abuela Justina”. La noticia horrorizó a Yuste. No podía imaginar nada más terrible que pasar el verano con la abuela campesina. Durante las semanas siguientes protestó, sugirió soluciones... Todo fue inútil. La decisión era firme. En cuanto les dieron las vacaciones, cargaron el coche y emprendieron el viaje. Los últimos 30 kilómetros eran de tierra. Llegaron cansados y empolvados. No se podía decir que la casa de la abuela Justina fuera cómoda o elegante. Desde luego, no tenía piscina, lo que para Yuste era imperdonable. Se trataba de una vieja casona rústica y fresca, con un amplio corredor lleno de enredaderas y un huerto cuajado de flores, arbustos y árboles frutales. La abuela estaba sentada en un sillón con seis gatos perezosos y un perro dormido. A Justina no le gustó nada lo que veía a su alrededor. Pero lo que más le desconcertó fue su abuela. Esperaba encontrar a una campesina supersticiosa siniestra, pero no a una anciana menuda, frágil y extremadamente dulce. En los días siguientes, Justina fue descubriendo otras cosas de su abuela. Cocinaba como los ángeles, por ejemplo. Una tarde le preguntó que si querían acompañarla y anduvieron mucho, por bosques y claros, hasta una cascada impresionante y un valle salpicado de verdes lagos. Justina estaba deslumbrada por la belleza del lugar. Cuando llegaron a casa al anochecer, su padre se había caído y tenía la pierna hinchada y amoratada. La abuela, entonces, tomó de la mano a su nieta y la llevó al fondo del huerto: “Le pondré unas hierbas curativas”- Al segundo día, el padre caminaba normalmente.
lunes, 14 de septiembre de 2020
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