Uno de los últimos fenómenos de culto para los jóvenes españoles es participar en uno o más de los múltiples festivales de verano que se celebran por toda España.
El Viña Rock, el Primavera Sound, el Festimad, el Sónar, el Espárrago Rock, el Contemporánea son sólo algunos de los festivales estatales a los que se puede asistir para escapar de la rutina y estar con gente de tus mismos gustos. Cada festival tiene su propio estilo y sus propios fieles, pero la música acompaña en todo momento, crea buen ambiente entre todos los asistentes.
Los festivales se celebran en grandes espacios verdes; esto significa vivir unos días en la naturaleza y dormir en una tienda de campaña. La preparación de todo lo necesario es fundamental. ¿Qué meter en la mochila? Lo mínimo.
La ropa debe ser cómoda, ligera y personalizada. La combinación ideal es camiseta, pantalones cortos, zapatillas o sandalias, gafas, un gorro o un sombrero de paja cuando calienta el sol, un chubasquero en caso de lluvia. el móvil es útil para tranquilizar a los padres y mantenerse en contacto con los compañeros perdidos.
La comida debe ser fácil, como bocadillos, barras energéticas y latas, ya que no se tiene mucho tiempo para cocinar. Una nevera de mano puede ser conveniente para mantener las bebidas frías y evitar largas colas en los bares fuera del recinto.
Los festivales de verano representan un mosaico de personas, de edades, de modas, de grupos; son también el escenario perfecto para ver y dejarse ver. Cada uno puede lucir sus tatuajes, piercings, pelo teñido con henna o mechas de diferentes colores. Si no se llega ya preparado, en el mismo festival hay instalaciones para modernizar la imagen y donde realizar mercadillos y talleres de malabarismo, danza, percusión y animación.
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