miércoles, 25 de octubre de 2023

¿Cómo es la Tarea 1 de la Comprensión de Lectura del DELE B2? (B2)

La primera prueba del examen DELE B2 es la Prueba 1: Comprensión de Lectura. En esta prueba vamos a encontrar diferentes tareas, hoy vamos a ver cómo es la Tarea 1.

En la Tarea 1 tienes que leer un texto y contestar a seis preguntas con tres opciones de respuesta cada una. Normalmente es un texto informativo complejo. De ámbito público o profesional. Con una extensión de unas 400-450 palabras. 

En resumen, tienes que demostrar que eres capaz de comprender las ideas esenciales e información específica en textos informativos complejos

Estos son los consejos que te doy para realizar la Tarea 1:

  • Lee primero las actividades, mira de qué hablan, de qué tratan.
  • A continuación, lee el texto. Normalmente las respuestas en el texto aparecen en orden. Primero verás la respuesta a la Pregunta 1, si sigues leyendo encontrarás la respuesta a la Pregunta 2, etc.
  • Antes de elegir la respuesta correcta, asegúrate de que las otras respuesta sean erróneas. Esto te va a ayudar a elegir la respuesta que, seguramente, sea correcta.
  • Cuidado con los distractores. Pero a veces vas a ver respuestas que pueden ser correctas, pero si lees un poco más te darás cuenta de que no lo son.
BASURA ELECTRÓNICA 
Débora Slotnisky 

En su informe, de marzo de este año, Minería y basura electrónica, Greenpeace Argentina calcula que el 50% de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos se abandonan en hogares y oficinas, que el 40% se entierra o se amontona en basurales y que solo un 10% se procesa como residuos. Si se suman heladeras, microondas, televisores y videos, se estima que los argentinos desechan unos 6 kg de este tipo de aparatos por habitante cada año. «Esto representa un derroche de recursos que podrían recuperarse, además de una alta fuente de contaminación», destaca el documento. 
Dada la magnitud del problema, Greenpeace está impulsando una ley nacional de gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos que, según Consuelo Bilbao, coordinadora de Greenpeace Argentina, «obligaría a los fabricantes a hacerse cargo de los residuos de sus propios productos. Además, estipularía la creación de un sistema de gestión de la basura electrónica que permitiría a los consumidores deshacerse de sus aparatos, de manera segura, una vez finalizada su vida útil».

Mientras se resuelve el futuro de la ley impulsada por Greenpeace, es importante saber que muchos de los aparatos desechados se pueden reutilizar, restaurar o reciclar. Por ejemplo, Te Reciclo es una organización que recolecta productos electrónicos a domicilio y retira aquellos que encuentra tirados en la calle con la intención de repararlos y venderlos después a muy bajo costo. «Especialmente insistimos en que trabajamos puerta a puerta, sin cargo alguno, porque ni las empresas ni los particulares quieren trasladar estos equipos de un lugar a otro», explica Ravettini, miembro del proyecto. 

La Fundación Equidad es otra ONG que acepta donaciones de todo tipo de equipos sin importar el modelo o su estado. En su taller de reciclaje estos residuos se transforman en computadoras listas para ser donadas a escuelas públicas de todo el país. En este taller también se forma, en el área del tratamiento de la basura tecnológica, a personas excluidas del mercado laboral. 

Entre los aparatos electrónicos más utilizados, los teléfonos celulares son los que poseen la tasa más alta de recuperación: más del 90% de un celular puede ser reciclado. Ya hay operadoras que recolectan las baterías, uno de los componentes más contaminantes. Por ejemplo, Personal recibe baterías usadas en sus agencias y las clasifica en reutilizables y no reutilizables. Además, esta empresa organiza eventos en los que entrega un regalo sorpresa por cada batería que recibe. 

Se estima que los aparatos tecnológicos están formados por un 25% de componentes reutilizables, un 72% de reciclables y un 3% de elementos tóxicos. Computadoras, celulares, televisores, entre otros muchos objetos cotidianos abandonados en cualquier rincón, pueden tener un mejor destino. Solo considerando los tres metales más valiosos presentes en un celular (oro, plata y cobre), si tenemos en cuenta que este año han sido descartados 10 millones de aparatos en la Argentina, se calcula que se han perdido, este año, 15 millones de dólares.