El protagonista de este libro se llama Hugo, un niño que durante mucho tiempo soportó no solo las bromas pesadas de algunos compañeros (como el antipático de Vicente), sino también la indiferencia de los profesores.
La historia comienza un día en
el que Hugo se entera de que otro compañero, Bernardo, es disléxico.
Finalmente, ya no está solo. Se hacen amigos y fundan el “Club de los Raros”
para hacer frente a las burlas. Al principio son solo dos. Dos son pocos, pero
pronto se suman la chica de los aparatos en los dientes, la pecosa porque está
harta de chistes tontos, el narizotas, la de las piernas curvadas, el gordo, la
bajita, el diabético…
Poco a poco el grupo crece y es
capaz de hacerle frente a Vicente. Nadie puede creer que unos pocos “raros” no
solo desafíen al más temido, sino también que consigan que deje de
molestarlos.
Los no “raros”, que ahora son
minoría en el aula, deciden buscar algo raro en ellos. Dicen que le huelen los
pies, o que tienen granos o cualquier otra tontería para poder formar parte del
club. Al final solo queda Vicente frente a todos y este también decide entrar
en el club.
Ya nadie es raro, ahora todos se aceptan como son, cada uno con su
particularidad que le hace diferente, pero no raro.
Jordi Sierra i Fabra, autor del
libro, para escribir esta obra se inspira en su propia vida: él, como Hugo,
también fue un niño tartamudo; y, como él, lo pasó fatal en el colegio cuando
alumnos y profes se reían de él o no lo creían. Por eso sabe cómo darle ánimos
a Hugo para que pueda superar su problema y hablar con fluidez, como hace ahora
Sierra i Fabra; esto se ve reflejado en la obra en una charla que los niños
tienen con el autor de un libro que tienen que leer para el cole.
En esta simpática historia
ganan los buenos a los “malos”. Por desgracia, en la vida real no sucede así, o
al menos no siempre. Tal vez, en el futuro, se podrá erradicar de las clases el
acoso de los violentos y todos nos aceptaremos con nuestras rarezas y las
consideraremos como características personales y no un problema motivo de
risas.
A lo largo de esta novela, que,
por cierto, se devora en poco tiempo, el autor trata temas fundamentales como
la amistad, la comunicación, el poder compartir opiniones y expresar los
sentimientos libremente y el respeto hacia los demás. Nos enseña que hasta que
no aprendamos a reírnos de nosotros mismos y consideremos que lo normal es que
todos seamos “raros”, siempre intentaremos esconder nuestros defectos,
burlándonos de aquellas personas que no son iguales a nosotros.
En definitiva, esta novela está
dedicada a todos nosotros porque, en el fondo, todos somos raros… y únicos.
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(texto adaptado)