Hola, Clara:
Cuando salí de tu casa, ya no llovía y, por eso, no cogí mi paraguas. ¿Puedes llevarlo a la oficina y dejar- lo encima de mi mesa? Es negro y azul. ¿Lo has visto? Recuerdo que lo puse en la terraza porque estaba muy húmedo, y luego lo metí en el armario de la entrada.
Pero no te escribo solo por eso. La próxima semana es el cumpleaños de Gustavo y quiero hacerle un regalo. ¿Te gustaría venir conmigo a comprarlo? Mañana puedo ir al centro comercial después del trabajo. Además, si tengo tiempo, quiero devolver una camisa que me compré allí el otro día.
¿Qué crees que podía regalarle? Como le gusta montar en bici, correr y nadar, le podemos comprar algo de ropa para hacer deporte. O unas gafas de sol como las mías, que a él le encantan y siempre me pregunta si puedo dejárselas.
Ah, tenemos que quedar para tomar algo y así hablamos de tus vacaciones en Galicia. Me apetece mucho ir a esa región de España y quiero saberlo todo: lugares para visitar, restaurantes para comer... Bueno, a ver si tienes tiempo algún día de esta semana por la tarde.
