Al oír hablar de Lorca, Dalí, Buñuel o Alberti, todos sabemos quiénes son y la importancia de su obra. Somos capaces de colocarlos en un tiempo y conocemos su pertenencia a ese célebre grupo de intelectuales, creadores y artistas denominado Generación del 27.
Sus nombres aparecen en los manuales de Historia, de Arte y también de Literatura; se comentan e ilustran sus obras, se explica su compromiso político y se analizan sus trayectorias, incluso una vez exiliados. Sin embargo, ¿qué hay de las voces femeninas pertenecientes a la famosa generación?
Normalizar la igualdad
Nacieron estas mujeres entre finales del siglo XIX y principios del XX y compartieron ideales políticos, culturales y feministas. Eran amigas entre ellas y frecuentaban los mismos lugares – cafés, tertulias, bibliotecas, salas de exposiciones – que sus compañeros de la Generación del 27; participaban de la vida bohemia y nocturna igual que ellos. Eran modernas y vanguardistas; pioneras en facetas muy diversas, se insertaron en la vida cultural de su época sin miedo.
Por su parte, el gobierno progresista de la II República española contribuyó al despertar de la población femenina y la condición de las mujeres se vio favorecida. Un marco político en el que participaron activamente, aunque en ocasiones tuvieran que enfrentarse a las críticas y las convenciones sociales.
De un gesto a un nombre
Maruja Mallo – pintora surrealista y una de las exponentes más excéntricas del grupo – contaba en una entrevista para RTVE cómo surgió el nombre de las Sinsombrero. Un buen día, mientras paseaban por las calles de Madrid, a Lorca, Dalí, Margarita Manso y a ella se les ocurrió quitarse el sombrero para liberar simbólicamente las ideas y la creatividad. Sin embargo, cuando llegaron a la Puerta del Sol los apedrearon y los insultaron como si fueran transgresores de la moral social por ir sin sombrero. Sin ser conscientes de ello, ese gesto se convirtió en un acto revolucionario y pasó a denominar al grupo de mujeres integrantes de la Generación del 27.
Poetas, pintoras, pensadoras...
Las Sinsombrero fueron parte y testigo de los acontecimientos sociales y culturales del siglo XX. Eran la expresión de una nueva mujer que no se conformaba con ser madre y esposa, sino que también pintaba, esculpía, escribía, componía música y poesía, del mismo modo que hacían sus compañeros.
Las pintoras Maruja Mallo o Ángeles Santos, la poeta Concha Méndez Cuesta, las escritoras Rosa Chacel o Josefina de la Torre, o María Teresa León, escritora y secretaria en 1936 de la "Alianza de Escritores Antifascistas", son tan solo algunas de las voces femeninas con talento que lucharon por salir adelante y dedicarse a las disciplinas para las que tenían vocación.
De entre todas las protagonistas de este episodio de la historia socio-cultural española, quizás la figura de la filósofa María Zambrano sea la más conocida. Un largo exilio de 40 años la llevó de México a La Habana pasando por Roma y Puerto Rico. Además de ejercer de profesora en varias universidades, siguió escribiendo y publicando ensayos, fiel a su compromiso cívico y pensamiento poético. Cuando al final de su vida regresó a España, recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en su primera edición, en 1981.
Mujeres inolvidables que fueron olvidadas
Al igual que la reconocida filósofa, otras Sinsombrero dejaron España al final de la Guerra Civil. Eran conscientes de que la llegada al poder del general Franco no sería compatible con su manera de entender el mundo. La mayoría de ellas no abandonaron su actividad creadora en el exilio e incluso llegaron a cosechar éxitos que jamás hubieran sido posibles en un país gris y atrasado como el de la dictadura franquista. Muchas decidieron no volver y quedarse para siempre en los países que las acogieron, México, Argentina, Venezuela… Otras, regresaron.
Eclipsadas por los compañeros del 27
El director del "Centro Cultural Generación del 27", José Antonio Mesa, a propósito de las Sinsombrero asegura que «estas figuras poco conocidas – o incluso desconocidas – no han sido tan estudiadas como las de otros grandes de la Generación del 27, porque su país [España] nunca las reivindicó, nunca dio noticia de la existencia de estas mujeres de gran talento cuya obra puede situarse al mismo nivel, o incluso superior, que las de sus contemporáneos varones».
Con la exposición Las Sinsombrero de la Casa de la Cultura de la Villa de Madrid, gratuita y que puede visitarse hasta el día 15 de enero, se devuelve la voz a un grupo de mujeres artistas y creadoras apasionadas, protagonistas de su tiempo. En ella se reúne una amplia selección de obras originales y documentos que testimonian su talento. Si la historia del siglo XX las olvidó, hoy gracias a esta exposición comisariada por Tania Balló, por fin se les da el lugar que se merecen mostrándolas en todo su esplendor.