martes, 6 de febrero de 2024

Por amor al arte (B1)

Orígenes de una colección

Considerada una de las colecciones de pintura más importantes del mundo, el Museo Nacional del Prado tiene su origen en una iniciativa de Fernando VII y su esposa, quienes pensaron en custodiar las obras de arte pertenecientes a la familia real en el Gabinete de Ciencias Naturales, edificio diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva en 1785 durante el reinado de Carlos III y por voluntad de este.

 


Los aficionados al Prado

El número de personas que cada año visitan el Museo del Prado es elevadísimo y no se trata solo de turistas o gente de paso por Madrid. La histórica pinacoteca, que justo el año pasado celebró su 150º aniversario, cuenta con fieles aficionados al arte que siguen con atención los actos que se organizan tanto entorno a la colección permanente como a las exposiciones temporales. Entre estos seguidores se encuentran los llamados amigos del Museo del Prado, por el nombre de la fundación de la que también era amiga doña Carmen. 

 

Un amor incondicional

Maestra de profesión, Carmen Sánchez García nació en 1929 la provincia de Salamanca en el seno de una familia de la burguesía madrileña. Se licenció en Historia y vivió consagrada a la enseñanza hasta que se jubiló a los 70 años de edad, sin dejar de cultivar nunca sus dos grandes pasiones: la educación y el arte, en particular la pintura.

El interés por el arte fue una constante a lo largo de toda su vida; lo cultivó leyendo, viajando y, por supuesto, visitando museos y exposiciones. Además,  a través de la Fundación Amigos del Museo del Prado, participó en muchos de los cursos organizados por esta para seguir aprendiendo y era una asidua de las actividades que giraban en torno al museo que tanto le apasionaba.

 

Benefactora y mecenas

La pasión de Carmen por el arte y por el Prado parecía no tener límites.Tanto es así que, al morir, nombró heredero universal de su patrimonio – una casa en Toledo y unos 800.000 euros – a su museo del alma “para la adquisición y restauración de obras”, según consta en su testamento.

La noticia creó no poco desconcierto entre el público en general y entre sus conocidos, que nada sabían de las intenciones. Según informaban los medios de comunicación de hace tres años, ni siquiera la dirección del museo conocía el legado de su benefactora hasta su fallecimiento.

 

De herencia a exposición

El deseo de Carmen se ha visto cumplido y el Museo del Prado cuenta ahora con 15 nuevos cuadros que, tras la exposición dedicada a la maestra mecenas, pasarán a ampliar los fondos de pintura del museo y serán colocados en las salas que les corresponda en la colección permanente. El responsable de las adquisiciones, Javier Barón, ha llevado a cabo las compras entre 2017 y 2021, tanto en el mercado español como en el extrajero, aunque también directamente a propietarios particulares.

Quienes se acerquen al Museo del Prado podrán visitar la exposición “El legado de Carmen Sánchez. La última lección” hasta el próximo 29 de agosto, en las salas 60 y 60 A del edificio Villanueva. En ella encontrarán obras de cinco pintores que hasta ahora no figuraban en la colección, aunque destacan también cuadros de autores españoles como Alonso Berruguete y Mariano Fortuny, además de dos pintoras, Mariana de la Cueva y María Blanchard.

Con su legado Carmen se convierte en una de las mecenas más relevantes en la historia del Prado, y contribuye a que otras personas pasen días muy felices viendo cuadros maravillosos, como hizo ella.