miércoles, 29 de noviembre de 2023

Formas de vida sostenible tradicionales (B2)

 Usted va a leer cuatro textos en los que cuatro personas hablan sobre formas de vida sostenible tradicionales. Relacione las preguntas con los textos.

JUAN.- Después de mucho tiempo dedicado como profesional al turismo sostenible puedo decir que estoy cada vez más convencido de que el desarrollo turístico debe fundamentarse sobre criterios de sostenibilidad, es decir, ha de ser soportable ecológicamente a largo plazo, viable económicamente y equitativo desde una perspectiva ética y social para las comunidades locales. Todo lo que no sea eso, a pesar del beneficio económico que genere para una parte, va a terminar perjudicando a otra. Es importante que el turismo tome conciencia de la importancia de gestionar bien los recursos con el fin de asegurar su durabilidad, permitiendo conservar nuestro capital natural y cultural, incluyendo las áreas protegidas. Siendo el turismo un potente instrumento de desarrollo, debe participar activamente en la estrategia del desarrollo sostenible. Una buena gestión del turismo exige la sostenibilidad de los recursos de los que depende.

MANUEL.- Soy conductor de autobús desde hace más de veinte años y creo que, aunque mucha gente piense que no es importante, también podemos conducir de una forma más respetuosa con el medio ambiente. Una conducción brusca, con mucha aceleración y frenada, implica un mayor consumo de combustible, ya que el motor se revoluciona más. En cambio, una velocidad constante, así como aceleraciones y frenadas suaves, hacen que el motor sufra menos y necesite menos combustible. Una velocidad moderada y el uso de marchas largas también hará que tu vehículo consumo menos. Y esto es algo que también notarás, a la larga, en tu bolsillo, ya que enseguida comprobarás que gastas menos dinero en combustible cada mes. Otro elemento importante para reducir el consumo y con ello la emisión de gases a la atmósfera, es planificar tus desplazamientos para optimizar el consumo de energía: programando un trayecto por el camino más adecuado (más corto, menos transitado, en otro horario...), puedes evitar importantes pérdidas de tiempo y combustible.

PEDRO.- Parte de mi trabajo como presidente de la mayor asociación de consumidores de Andalucía tiene que ver con enseñar a ser buenos consumidores. Casi diría que es incluso más importante aprender a ser mejores consumidores que gestionar las quejas. En este sentido, creo que es importantísimo enseñar a consumir sobre todo a las nuevas generaciones, porque un consumo responsable y sostenible es la primera piedra para mejorar a todos los demás. ¿Cómo podemos ser buenos consumidores? Desde luego, ser un buen consumidor cuesta lo mismo que ser un mal consumidor. Es decir, no tenemos que hacer grandes esfuerzos o sacrificios, sino simplemente estar atentos a ciertas etiquetas, como las de la ecoetiqueta de la Unión Europea, la que indique que un envase es reciclado o, en los productos de madera, la que indica que procede de una gestión forestal sostenible. Mejor consumir productos envasados en vidrio o papel que aquellos que contengan plástico. No hay que ser vegano, pero sí es importante no comer tanta carne, ya que la producción de carne es responsable de más emisiones de CO2 y metano. En definitiva, lo único que tenemos que hacer es optar por unos productos en lugar de otros.

LUIS.- A lo largo de mi larga trayectoria como activista ecológico he podido comprobar que cualquier acción que hagamos, por pequeña que sea, tiene siempre repercusión en el medio ambiente. Por este motivo tenemos que ser extremadamente cuidadosos en nuestro día a día con el consumo energético, aunque, como veremos, no hacen falta grandes acciones para que consumamos energía de forma eficiente. Basta que pequeños gestos se conviertan en hábitos cotidianos. Muchas de estas acciones pueden parecer obvias, pero si las enumero es porque mucha gente no las realiza. Una de esas obviedades es apagar las luces de las habitaciones en las que no estés o desenchufar los dispositivos eléctricos que no estés usando. Si lo piensas bien, es estúpido tener la luz encendida en una habitación donde no hay nadie o tener conectado y consumiendo un dispositivo que nadie está utilizando. Otra obviedad: cerrar bien las puertas de los frigoríficos y abrirlas solo cuando sea necesario. Por último, usa la lavadora y el lavavajillas siempre a plena carga y con programas de baja temperatura y, siempre que puedas aprovecha el sol para secar la ropa.