Reciclar es una de las actividades cotidianas más sencillas y gratificantes que podemos llevar a cabo. Tanto, que puede participar cualquier miembro de la familia, incluso los más pequeños de la casa. Es un ejemplo de responsabilidad social y cuidado del medio ambiente.
A pesar de que el ser humano es responsable de producir una gran cantidad de residuos, parece que a veces nos resistimos a reciclar. Así lo único que logramos es perjudicarnos a nosotros mismos y al medioambiente, tanto en el corto plazo como en el futuro de los que vendrán. Así pues, solo un pequeño gesto que forma parte del consumo responsable hará que nuestras generaciones futuras puedan disfrutar de un planeta verde y azul.
Si reciclamos reducimos el trabajo de extracción, transporte y elaboración de nuevas materias primas. Esto conllevará una disminución importante del uso de la energía necesaria para realizar estos procesos. A menor consumo de energía, generaremos menos CO2 y reducimos el efecto invernadero. Es decir, que reciclar en casa supone ayudar al planeta y contribuir a luchar contra el cambio climático.
Si, en concreto, reciclamos el vidrio, el papel o el plástico ya no hay necesidad de hacer uso de tantas nuevas materias primas para fabricar productos. De este modo ahorraremos una cantidad importante de recursos naturales y conservaremos, entre otras cosas, nuestros bosques.
Por otra parte, a través del reciclaje se crean nuevos productos. Hay objetos cotidianos que nacen a partir del reciclaje. Muchas cajas de zapatos tienen su origen en los tetrabriks, una llanta de neumático se puede fabricar con esas mismas latas de refresco que guardas en tu frigorífico, y ese forro polar que tanto te abriga tiene su origen en las botellas de plástico PET. Ten en cuenta que estos productos necesitan menos agua y energía, y generan menos contaminación durante su proceso de fabricación. De hecho, muchas empresas ya han puesto en marcha el ecodiseño con el objetivo de diseñar productos respetando el medio ambiente y reutilizando objetos tan diversos como las señales de tráfico o los neumáticos y les dan un uso totalmente distinto.
Reciclar supone no solo preservar el medio ambiente sino algo tan importante como ayudar a la creación y al mantenimiento de puestos de trabajo. Porque el proceso de reciclaje de residuos necesita de empresas y personas trabajadoras que recojan los distintos materiales y los clasifiquen.
En definitiva, si reciclamos, la industria contamina menos el aire al reducir la cantidad de emisiones de gases efecto invernadero, protegemos nuestros suelos porque los residuos van al lugar correspondiente y no se acumulan en las aguas de nuestros ríos y mares, protegiendo nuestros acuíferos y preservando el hábitat natural de muchas especies.